ABRIL Y EL ORIENTE MÁS LEJANO


No hay mejor manera de celebrar el regreso de Game of Thrones que  hablar acerca de búsqueda de poder, alianzas y enemigos. En esta ocasión cambiaremos Westeros por Washington, que estamos seguros comparten más que una inicial.



El segundo trimestre del año ha iniciado con una gran ofensiva de parte de la administración Trump. Ya el 3 de abril, en el marco del 70° aniversario de la OTAN, se vio de manifiesto un endurecimiento en la política exterior estadounidense con los emplazamientos a Turquía sobre sus lazos con Rusia y las exigencias realizadas al gobierno Alemán de incrementar su contribución a la organización.
La profundización de la postura realista trae consigo implicaciones que sin duda forman parte de algo que hemos venido adelantando aquí: Consolidación 2020. La figura de Donald Trump ha emergido en medio de lo que muchos críticos han interpretado como la respuesta occidental al avance de actores como China y Rusia. La tarea que encabeza Trump es fácil de identificar pero laboriosa para llevarla a cabo: Recalibrar el balance de poder en favor de los Estados Unidos y lograr conservar el predominio en materia militar y armamentística.
Estos dos objetivos engloban las interacciones estadounidenses y son clave para definir la estrategia con la que los republicanos buscan asegurarse el salón oval otros 4 años. Proteger la nación y mantener la preeminencia global de EE. UU requiere un esfuerzo de quienes han sido beneficiados por su acción a lo largo de la historia  y especialmente de quienes por ser parte del hemisferio occidental han sido protegidos de las amenazas que se desarrollan continuamente, lo cual hace en muchas formas inviables ciertos acercamientos con determinados actores. (Spoiler: China)
Uno de los puntos que en definitiva será conductor de la acción exterior de la administración Trump en los próximos meses radica en contrarrestar los intentos por parte de China de instaurarse por medio del soft power en los círculos de influencia que históricamente le han pertenecido a Estados Unidos. Este direccionamiento apunta a la reorganización y afianzamiento de las relaciones que estratégicamente le otorgan mayores ventajas. La apuesta por el Brexit o el alto grado de cooperación existente con Taiwan, dejan claro que el tiempo de relaciones guiadas por el idealismo acabó.

La lucha eterna y la campaña
Saliendo un poco de las consecuencias geopolíticas hacia occidente, debemos profundizar en un par de temas que para el contexto del discurso político y electoral serán cruciales. En primer lugar tenemos lo que hemos decidido nombrar como  “lucha eterna”, este término está relacionado al continuo enfrentamiento de los EEUU contra el comunismo, originado desde el fin de la II Guerra Mundial y que analizando la relación con los tiempos modernos sigue manteniéndose. Como hemos ido detallando, esa ofensiva contra la democracia occidental defendida por Estados Unidos continua vigente, renovada en sus formas por China, como actor que se ha encargado de difundir su ideología, adaptándola para ubicarla dentro de un panorama en franco proceso de globalización, logrando apoyos dentro de la región a base de inversión, convirtiéndolo en un factor desestabilizador para el orden democrático occidental. Esto nos pone a la puerta de un escenario prioritario para Trump, al ubicar a China como antagonista natural de su política.

Para sumar posiciones a favor no solo en la región, sino en el panorama interno estadounidense, Trump debe imponerse -al menos mediáticamente- a los esfuerzos chinos de consolidación. Un resultado favorable dentro de la disputa con China no solo desde el punto de vista comercial, sino desde el factor político o de influencia, le permitirá a Trump un mayor margen de acción en la realización de su proyecto político en el que los Estados Unidos recobran su posición hegemónica.
El realismo será de vital importancia en la forma en que se lleve esta relación, pues ubicar en la palestra comunicacional la amenaza que representa China, como país capaz de tener políticas expansionistas, exportador del modelo comunista autocrático y cada vez más como  amenaza desde el punto tecnológico, hará necesario un plan para enfrentarlos.  -Si, el que obviamente el candidato/presidente Trump mostrará-.

Abril luce como el mes de inicio de una nueva ofensiva por la reubicación y el avance estratégico de USA. Trump sabe que no puede permitirle ventajas a China y necesitará las victorias que pueda obtener en el proceso para aumentar sus posibilidades de cara a 2020 (las cuales ya son muy grandes), lo cual nos asegura un intercambio muy nutrido en los próximos meses entre los dos países.
 Volvio GOT y en este blog somos fervientes seguidores, por eso el homenaje J
Estas líneas fueron escritas junto a mi amigo y compañero Gian!, el cual próximamente lanzará su blog y seguramente será un sitio muy interesante y analítico. Su instagram es giancarlogjab, no pone nada interesante pero quiere followers .
Prometo más constancia, ahora si jeje lo siento :( JAJAJAJJA.

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