ENTRE LA INDEPENDENCIA Y LA ESTADIDAD ¿QUÉ HAY TRAS ROSELLÓ EN PUERTO RICO?
La
tecnología y las redes sociales han vuelto a ser protagonistas en la
conglomeración y difusión de movimientos político-sociales y en el caso de
Puerto Rico, han significado la re-ubicación pública de una causa que parecía
dormida, la independencia como elemento central del debate cotidiano. Tras
desvelarse una serie de mensajes emanados del actual gobernador de Puerto Rico,
Ricardo Roselló, donde se expone un alto contenido sexista y homofóbico, se ha
producido una respuesta social de gran magnitud, pidiendo la renuncia de este.
Pero, ¿Qué hay detrás de estas
manifestaciones? ¿Es una cuestión
relativa a un hombre o en definitiva es una cuestión de fondo?
Puerto
Rico es un Estado Libre Asociado de los Estados Unidos, gozando estos últimos
del poder decisorio y soberano sobre la isla. Aquí empieza a complicarse la
historia.
En
términos newtonianos, cada acción termina por tener una reacción proporcional
en sentido contrario. La idea de no poseer la autonomía en sus decisiones y
soberanía, ha generado en Puerto Rico la evolución de un movimiento
independentista con un alto arraigo en los elementos culturales propios del
entramado nacional. Esto es fundamental para entender que lo que se está dando
en la isla no es solo una manifestación en contra de la figura de Roselló, es
la expresión de un movimiento que ha sido engrosado por figuras de gran
relevancia en el contexto mediático.
Lo
que ha pasado con Ricardo Roselló significa en muchos sentidos, el quiebre con
una cierta estabilidad conseguida por las administraciones de Washington, para
aplacar los movimientos separatistas que habían logrado incrustarse en la
política puertorriqueña. Roselló no sólo ha firmado una de las actuaciones más
deplorables en cuanto a manejo situacional y de “control de daños” con sus
declaraciones de respuesta, sino que estas han sido combustible para la
ampliación de las jornadas de protesta.
El
desatino en cuanto al contenido de los mensajes ha sido un elemento unificador
para miles de ciudadanos que han salido a manifestar su descontento con el
gobernador y a solicitar su renuncia. La corrección política sigue tomando
espacios y empieza a ser decisiva en lo que respecta al efecto contralor en parte
de la sociedad. A pesar de esto, creo que se puede estar en contra de
manifestaciones tan lamentables como las de Roselló y considerar la ola de lo
“políticamente correcto” como un constante juicio a la libre expresión, siempre
y cuando esté sustentada en el respeto y visualización del otro. A través de lo
políticamente correcto se hace una suerte de “jaula moral” a todo lo que
represente una amenaza para la construcción de espacios reformistas y ligados a
una reestructuración del sistema internacional entendiéndolo - y criticándolo-
a partir de visiones de dependencia, pues estos movimientos de corrección
parten de supuestos de dominación.
Tras
esta movilización en contra del gobernador de Puerto Rico hay un amplio sentido
de aprovechamiento de la oportunidad por parte de quienes consideran que Puerto
Rico debe ser autónomo. La difusión y organización que han logrado supone un
importante hito a evaluar en torno a la consecución de espacios que permitan
lograr este cometido a mediano plazo. La estadidad -que plantea la posibilidad
de incorporar a Puerto Rico como estado 51 de la unión- ha sido herida de forma
importante tras estos sucesos, existiendo razones suficientes para considerar
que se ha incrementado la posibilidad de que la balanza en el debate entre
estadistas e independentistas este inclinándose hacia estos últimos.
Pero
¿Hay en Puerto Rico las condiciones para ser un Estado independiente? Más allá
de lo que se puede asumir mediáticamente con respecto al desarrollo de las
manifestaciones del mes de Julio, resulta difícil precisar si hay en la isla
una serie de elementos de tipo institucional, económico y social, que permitan
visualizar a Puerto Rico como un Estado soberano. El relacionamiento con
Estados Unidos ha sido determinante para los diferentes sectores que conforman
la realidad puertorriqueña, impregnando hasta la industria musical, en donde se
ha ejercido una suerte de protectorado en torno a la difusión de los artistas
con origen borinqueño. Este enfoque hace denotar que no parece haber
desarrollado un proceso de direccionamiento relacionado con la autonomía de
manera formal, haciendo difícil la consecución del carácter autónomo a corto
plazo.
En lo que respecta al partido demócrata -
partido al que pertenece R. Roselló- ha decidido jugar al despiste y no ha
emitido declaración relativa a este hecho, siendo consciente de que esto supone
un problema importante en medio de la ya difícil tarea que tienen en ciernes
con la elección del 2020.
Para
finalizar y volviendo al tono informal que caracteriza a este blog, intentaré
hacer unas formulaciones y le otorgaré el porcentaje sobre el cual creo que se
encuentra la posibilidad de que estas terminen ocurriendo.
1)
#RickyRenuncia? Si, con un 65%
2)
Se profundiza el tema independentista a partir de esto? Si, con un 75%
3)
Residente y Bad Bunny hicieron la mejor canción de Julio? Si, con un 100%
Y como diría Daniel Santos… “Preciosa te
llaman los hijos de la libertad”.
¡Buen artículo!
ResponderEliminarQue buen artículo!
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